Mientras trabajaba en una guardería, cobrando un sueldo mínimo y bajo un ritmo que soportas mientras eres joven, pensaba que eso no es lo que quería hacer el resto de mi vida. Me encantaba mi trabajo, eso lo tenía clarísimo, pero no me sentía totalmente realizada. Entonces pensé…y si oposito para el cuerpo de maestros?? Busqué una academia, pregunté los porcentajes de aprobados con plaza que tenían y me decidí por la que pensé que era la mejor en esos momentos.
Trabajé y estudié a tope durante un año, tuve un gran preparador, preparaba tanto las pruebas escritas como la parte oral. Y llegó el momento!! Primera prueba, tema escrito…tuve suerte con el sorteo de los temas (tengo que decir que llevaba los 25 temas bastante bien preparados), paso la prueba y llego a la segunda…uffff también me sale bastante bien. Ains, me habría sacado la plaza?!? Salen las notas y, ¿cuál es mi sorpresa? La segunda mejor nota de mi tribunal, un 9’2!!! No me lo podía creer!!! Pero no, me quedé sin plaza, en la parte del concurso me quedé fuera. Fuera un duro golpe, esta parte no me la esperaba, pero vi que tenía que seguir insistiendo, esperaba entrar como interina, coger puntos y tener más opciones la siguiente vez y, así fue.
Seguí estudiando, trabajé como interina unos meses y volvió a llegar el momento. Esta vez quedé la primera en mi tribunal y cogí la plaza….madre mía, no me lo podía creer!! Era un sueño cumplido.
Esta claro que si insistes, eres constante, tienes claro cuáles son tus objetivos y qué tienes que hacer para conseguirlos, solo hay que ponerse a ello….el que la sigue la consigue!
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