Tras terminar la carrera de periodismo decidí preparar las oposiciones para la Junta de Andalucía (cuerpos generales). Sabía que era una buena opción para asegurarme una estabilidad y estaba dispuesto a prepararme. Mi opción fue dedicarme por completo a la oposición, para estudiar el mayor número de horas posibles. Pensé que así podría conseguirlo antes, ya que si buscaba otro trabajo iba a estar muy cansado y a disponer de muy poco tiempo. Decidí apuntarme a una academia también para que me guiara en todo el proceso y me proporcionara un temario, así como para poder aclarar todas las dudas y preparar ejercicios de práctica en las clases.
Dedicarse a opositar supuso no tener muchos momentos para el ocio, pero yo sabía que merecería la pena. Sabía cuál era mi meta y no pensé en abandonarla nunca.
Me interesaba entrar en el grupo A1.1100. El primer examen que tenía que pasar era un tipo test de los 104 temas. Ese mismo día también se hacía el segundo examen a continuación, un ejercicio práctico. Por último, tuve que hacer el tercer ejercicio, de desarrollo de dos temas de esos 104 (según un sorteo), que suponía tener que resumir en poco tiempo los amplios temas que nos habíamos estudiado.
La primera vez que me presenté no conseguí una plaza, pero continué con las mismas ganas, dispuesto a conseguirlo. Tuve que seguir preparándome y aprendiendo. Finalmente la segunda vez conseguí tres plazas para tres de los cuerpos de la Junta de Andalucía. Fueron tres años de estudio intenso, pero ahora cuento con un trabajo fijo como funcionario, que me da una vida cómoda.
.